Bris Lemant | Fotografia Emocional

Boda Tenerife Finca Punta del Lomo -Rocío & David-

Boda Tenerife Finca Punta del Lomo -Rocío & David-

La boda de Rocío y David fue un evento inolvidable, un auténtico festín de alegría en medio de plataneras en la finca Punta del Lomo en el sur de Tenerife. El sol brillaba intensamente en el cielo azul, añadiendo un toque dorado a cada rincón del lugar.

La ceremonia fue un momento emotivo, rodeada de plataneras que parecían bendecir la unión con su frescura y vitalidad. Las palabras de amor y promesas resonaron entre los convites, mientras los seres queridos se secaban las lágrimas de felicidad. Cada mirada, cada abrazo, se sentía como un tributo a la belleza del amor.

El ambiente estaba lleno de risas y emoción. Amigos y familiares, vestidos con sus mejores galas, se congregaban en una elegante entorno decorado con flores y luces de la mano de «Si quiero evento». La música, una mezcla contagiosa de ritmos canarios y latinos, llenaba el aire, creando una atmósfera festiva que prometía una noche memorable.

A medida que los invitados se acomodaban, la batucada comenzó a sonar. Los tambores resonaban con fuerza, llenando el ambiente de energía y entusiasmo. La comparsa vestidos con colores vibrantes, se movía al ritmo de la música, invitando a todos a unirse a la fiesta. Rocío, radiante en su vestido blanco, y David, con una sonrisa que iluminaba su rostro, se unieron a la celebración, dejando atrás el nerviosismo de los momentos previos.

Una vez sellados sus votos, la fiesta estalló en un torbellino de alegría. La musica continuó, llevándolos a todos a una danza colectiva que rompía barreras. La gente, con ganas de fiesta, se unió en un baile eufórico, mientras los ritmos de los tambores llenaban el aire. El calor del sur de Tenerife se hacía presente, pero era imposible no sentir el frescor de la alegría compartida.

Las mesas estaban repletas de adornos florales, platos y copas llenas de vinos y licores…. Las risas resonaban entre brindis y anécdotas, creando un ambiente de complicidad y felicidad. La pista de baile se convirtió en el epicentro de la celebración, donde todos, desde los más jóvenes hasta los abuelos, se dejaban llevar por la música, demostrando que la alegría no tiene edad.

A medida que la noche avanzaba, las luces parpadeantes creaban un halo mágico alrededor de los recién casados, que, rodeados de sus seres queridos, disfrutaban cada momento de su gran día. 

Rocío y David se miraron en medio del bullicio, sus ojos brillaban de felicidad, conscientes de que estaban creando recuerdos que durarían para siempre. La boda, entre plataneras y con una musica que resonaba en sus corazones, fue un verdadero reflejo de su amor: vibrante, alegre y lleno de vida. La celebración continuó hasta que las estrellas comenzaron a brillar en el cielo, sellando una noche mágica que quedaría grabada en la memoria de todos los presentes.

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